En ese oscuro jardín la voz se difumina, los sentimientos se evaporan al ritmo de los latidos de un corazón, las palabras pierden el sentido; la tinta de mi pluma, vaga entre el perfume de las rosas.

Y entre todas las rosas, ahí se encuentra la más singular, una rosa negra, que aprendió a ser diferente, a sobrevivir entre espinas y sin corona de laureles. Como un ifrit sin deseos para cumplir.

domingo, 21 de agosto de 2011

CRSTN

Hoy voy a hablarte de mi, dejaré de ser impersonal.
Te contaré una parte importante de mi.
 Un día de un mes, no recuerdo si fue diciembre o mayo, la conocí.
 Era una persona poco habladora, en parte extraña, pues no dejaba ver más allá de sus profundos ojos esmeralda. Pero algo dentro de ella me hacía sentir bien, quizás eran sus palabras o esos abrazos que eran tan imprevistos como agradecidos en esos momentos en los que todo se derrumbaba; pero ella estaba ahí para unir todas las piezas y volver a hacer una. Como los juguetes de lego que hay que encajar.
Otro aspecto suyo era su curiosidad. Abrumadora.
 Recuerdo el día me pregunto por mi extraña afición a coleccionar bolas de nieve. Ni si quiera supe que contestarla, ni si quiera lo sabía. Pero hoy sí puedo darla una respuesta.
He descubierto que me gustan las bolas de nieve por que cada una de ellas son mundos, pequeños mundos en los que aparentemente no ocurre nada, parecen bellos cada uno a manera. Pero al igual que las personas no sabemos que ocurre dentro de ellas.Cada uno es distinto y podemos mostrar apariencias. Pero eso es todo. APARIENCIAS.


1 comentario:

  1. No es necesario romper el cristal para comprender que la nieve es artificial. Sólo hay que detenerse a contemplar que la belleza que nos transmite es diferente a la que pretendemos ver en ella. No se trata de los elementos o de la época del año que represente, ni siquiera de sus colores o sus formas; lo único verdaderamente importante es lo que esa bola de nieve nos hace sentir. Y no necesitamos nada más para derribar cualquier barrera que quieran poner ante nosotros las apariencias, pues éstas no serán ya más que borrosas huellas en un camino que ya habremos dejado atrás. Y es que esta nieve no empaña mis cristales... (:

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