En ese oscuro jardín la voz se difumina, los sentimientos se evaporan al ritmo de los latidos de un corazón, las palabras pierden el sentido; la tinta de mi pluma, vaga entre el perfume de las rosas.

Y entre todas las rosas, ahí se encuentra la más singular, una rosa negra, que aprendió a ser diferente, a sobrevivir entre espinas y sin corona de laureles. Como un ifrit sin deseos para cumplir.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Retales de un amanecer



Meto la llave en la cerradura y todo me huele a soledad y a abandono.
            Lo sé, ahora mi vida es lo que siempre temí, un pretérito imperfecto mal conjugado o un gerundio que no se cómo conjugar.
Esta es una de las tantas palabras que quisiera decirte, pero que no podré por que tú ya te has ido…
La gente me mira y me sonríe intentando infundirme valor, y entre todo el silencio que hay dentro de mí, yo trato de compensar esa sonrisa con palabras vacías de sentido, con palabras que han perdido la cordura…
Ya ni si quiera sé por qué me empeño en creer que eres parte de mi piel, me gusta creerlo, me gusta pensar que aún estas aquí, junto a mi, susurrándome que hoy solo es un día malo en el pasado…
Me gusta rezar oraciones en ese lugar que solo es nuestro y de nadie más. Siento dentro de mi pecho los latidos que tu cuerpo ya no me trasmite.
Hay cuestiones que no encuentran respuesta, solo las tenía cuando estabas aquí.
No puedo comprender por que tuviste que marcharte, dejando en mi, tantos rotos que no se remiendan con ninguna costura.
Hoy he caminado tratando de encontrarte, tratando de encontrar sentido a toda mi vida.
He sentido las hojas de otro otoño más que ya no vivirás, crujir bajo mis pies.

Me he acercado lentamente hasta ti y te he dejado doce rosas rojas y un clavel blanco. Si, esta es mi forma de pedirte perdón; perdón por  no saber que esto podía pasar, por odiarme, por no ser más fuerte, por no creer más en ti,más que el silencio sobrecogido de las catedrales.
Contigo sobrepasé el umbral de todas las incertidumbres que hoy atormentan a mi cabeza acorazada.
En una mano llevo una foto que ha sentido ese paso del tiempo, sobre la otra mano llevo todas esas ilusiones que perecieron; y en mis bolsillos, en mis bolsillos llevo todas esas batallas a las que no me enfrenté, quizás por cobardía.
Me gustaba escuchar esa frase tan tuya “Todo tiene solución”,  y después perderme  a la deriva entre tus abrazos y caricias.
Creer que todo podía suceder, como si de un guiño de ojos se tratara. Sentada en ese banco en el que pase tantos momentos, sintiéndome como una niña a la que nadie obligó a madurar.
 Recorro, con la yema de mis dedos, una foto que muestra felicidad, pero que ahora solo me evoca dolor y tristeza; es como esos sueños deliciosos que no dejan, al despertar, más que la tristeza de haberlos soñado. Es como un panegírico al valor que no tengo, un elogio estúpido que no tiene razón de ser.
Paseo por las calles que son travesías sin salida, donde la gente se pierde. Un basurero barre la impasible memoria de sus días. Me pregunto quién recogerá y reciclará nuestros despojos, y quién comprará nuestra colección de instantes en fascículos.
Me duele recordar aquella tarde, como siempre yo vestía mi traje de galas, la falda roja y una camisa  a rayas y una chapita con mi nombre que quizás sea un trofeo.
La gente corría por los pasillos con esa necesidad de todo y de nada un abismo donde se pierde la cordura y que no logro comprender.
La melodía del “pi,pi,pi” se combinaba con arpegios y números, “son treinta euros señor”, ¿perdone tiene usted vales?, “gracias y buenos días”…pero esto se interrumpió con el estridente sonido de un altavoz: “bárbara, acuda información, bárbara acuda a caja” cerré mi caja y corrí a recibir una noticia, un acaecimiento que cavaría mi posterior fosa donde yacerían mis fuerzas sobre las ruinas de las ruinas de mis palabras.
El desasosiego tiñó mis ojos, cogí mi abrigo y corrí al metro, baje en la parada 7 y subí las escaleras de dos en dos, tropecé con ese edificio que se abría ante mis ojos y mis ideas desordenadas se ordenaron con el clic de una cerradura, te estabas muriendo, la vida es un fraude pensé.
Anduve hasta las puertas de eso que llaman hospital, sus puertas me tragaron como fauces y me abandoné al presagio de que todo era un engaño.
Y abrí lentamente la puerta, estabas rodeado de tubos, máquinas y personas desconocidas, todas con los ojos rojos y la cara con caudales de lágrimas.
Me acerque lentamente, sin apenas hacer ruido, no se de donde saque las fuerzas para rozar mis manos con tus mejillas, tus ojos cerrados que ya no tenían esa luz negra como el azabache, como el carbón quemándose al fuego de una hoguera. Los míos rompieron a narrar sobre el lienzo de mi piel el dolor, con sus lágrimas con sabor a sal.
Y luche con mis fuerzas para trazar un credo sobre la cal de esas paredes para decirte adiós y ser capaz de luchar sobre las cenizas de mi alma.
Debí de saber que pasaría pero no quise creerlo, no quise creer que eso que llamaban vestidos de blanco, con un estetoscopio con el cual son capaces de oírte los latidos del corazón pero no la razón de sus latidos; recuerdo sus palabras, “tiene cáncer” y…”no le queda demasiado, disfrute del poco tiempo”, aquel día me di cuenta de que te iban a arrebatar de mi lado, tan pronto como llego el invierno, que convirtió la llama de sol del crepúsculo en una brizna helada  de viento.
Un sopor sin escrúpulos me conduce hasta el alba mientras mis manos temblorosas apartan las nubes para encontrar el mundo, pues puede que quizás tu me esperes tras la niebla.


domingo, 21 de agosto de 2011

CRSTN

Hoy voy a hablarte de mi, dejaré de ser impersonal.
Te contaré una parte importante de mi.
 Un día de un mes, no recuerdo si fue diciembre o mayo, la conocí.
 Era una persona poco habladora, en parte extraña, pues no dejaba ver más allá de sus profundos ojos esmeralda. Pero algo dentro de ella me hacía sentir bien, quizás eran sus palabras o esos abrazos que eran tan imprevistos como agradecidos en esos momentos en los que todo se derrumbaba; pero ella estaba ahí para unir todas las piezas y volver a hacer una. Como los juguetes de lego que hay que encajar.
Otro aspecto suyo era su curiosidad. Abrumadora.
 Recuerdo el día me pregunto por mi extraña afición a coleccionar bolas de nieve. Ni si quiera supe que contestarla, ni si quiera lo sabía. Pero hoy sí puedo darla una respuesta.
He descubierto que me gustan las bolas de nieve por que cada una de ellas son mundos, pequeños mundos en los que aparentemente no ocurre nada, parecen bellos cada uno a manera. Pero al igual que las personas no sabemos que ocurre dentro de ellas.Cada uno es distinto y podemos mostrar apariencias. Pero eso es todo. APARIENCIAS.


Ádios, dulce noviembre...


Pincha aquí para ver esta foto.
Es una noche de noviembre no demasiado tarde pero tampoco demasiado pronto, para que el ocaso clareara su corazón…
Se acuna en uno de los viejos parques en los que soñó ser mayor, cuando tan solo era una niña…Que distinta se siente ahora que pasó el tiempo…
Deja sus pensamientos a la deriva, hoy ya no quiere seguir…
Seguir luchando en un camino sin ningún final, sin ningún destino…
Y decide decir adiós a un mundo lleno de tormento, pues su alma esta llena de agujetas y no puede andar más…
Pincha aquí para ver esta foto.

martes, 16 de agosto de 2011

Basta de formalidades



  • 21:00
  • Una noche.
  • Una ciudad al sur de la frontera.
  • En un bar de una ciudad cualquiera.
  • Una conversación diferente.
  • Entre todo el gentío.
  • Dos personas.
¿sabes tienes unos ojos tan profundos como el mar…-le dice en un tono demasiado meloso
Ella le mira a la cara y acaba con estúpidas palabras.
-¿bastan de formalidades no crees? Tú y yo buscamos lo mismo, no tratamos de conectar con nadie, ni si quiera el sexo es una forma de encontrar amor, ni eso, ni cariño.- ella se ríe- tan solo buscas aliviar el dolor de ser tu mismo.
-Y eso para mi es perfecto pues yo también busco lo mismo.
-Y no te preocupes, mañana podrás marcharte sin contar los segundos que debes quedarte en la cama. Como si nada hubiera pasado.

viernes, 5 de agosto de 2011

por favor, mueve los dedos de tu mano.

Pincha aquí para ver esta foto.
Deberiamos aprender a amar la vida, amarnos más...
¿cuántas personas hay en este mundo que... que no pueden mover sus dedos...que se les ha impedido vivir...?
Pero somos tan egoístas...Y ellos siempre con una sonrisa...
¿me puedes hacer un favor?-le dijo mientras estaba postrado en la cama sin poder mover nada, nada más que sus labios...-Por favor mueve los dedos de tu mano...
Y ella sorprendida lo hizo...
-¿sabes cuántas veces he soñado con poder mover mis dedos?, acaricar el tercipelo, correr, saltar como lo hacen los niños...Cuantas veces he soñado eso...para ti es facil...es algo...normal, para Mi...Para mi...Es un sueño...Desearía poder acariciarte, como lo harán otros hombres, sentir tu pelo enredado entre mis dedos...
Pero, dime...¿no crees que la vida es un gran regalo?

T.r.e.c.e

Pincha aquí para ver esta foto.
No puedo negártelo, ya lose, es evidente, me he enamorado como una niña del cielo nocturno; no puedo negar que me apasiona su voz, que cuando me habla me estremezco…
Tampoco te contradigo si te digo que cada vez que me besa es como aquella noche lejanos del mundo los dos solos y no existe, ni existía nada ni nadie…Que siento algo en mi estómago, deben ser mariposas, cada vez que me roza con su mano...
O que cuando me hace reír olvido al mundo entero, pues solo es ÉL… Tan solo Él, mi vida…
Que me encanta cada milímetro de su piel, sus lunares, que me encanta acariciarle…y sus ojos, ¿Qué sería yo, sin sus ojos? Esos ojos que son azabache; y me abandono en ellos…hasta disipar todo el miedo.
Si, lose he extraviado los pasajes que tenían rumbo en el tren de la razón y he cogido el tren de la felicidad y quizás un poco de locura…
Por que le amo.

sin más.

Voy a despedirme, quizás no sea fácil...
Pincha aquí para ver esta foto.
Desnudaré mi alma por última vez, esta noche, en los brazos de Morfeo, para que se lleve nuestros sueños...
Y a pesar de que, se que siempre existió este adiós, tatuado en nuestras manos, me quema como témpanos de hielo en mi corazón, el saberlo,el reconocer que no habrá mañana en tus ojos de luna...
y ahora tus manos que antes eran terciopelo, ahora se han vuelto lijas, y tu amor se desvaneció como un atardecer desde tu cama.

martes, 2 de agosto de 2011

Diatriba al querer

Con cada caída del sol ella entra de puntillas en mi habitación, me da un pequeño beso en la frente y huye con un silencioso “te quiero”.
Baja cada escalón, hasta el salón, y cierra con cuidado la puerta para no despertar a nadie. Coge esa foto escondida en un antiguo libro, si no recuerdo mal, el titulo de esa vieja edición es “Hamlet”. No lo sé… Lo que sí recuerdo es como abre el libro entre temblores por saber, que a pesar de todo, verá una vez más ese rostro, su rostro... Recorre con sus trémulos dedos la imagen retratada y castigada por el ineludible paso del tiempo. Desliza suavemente las yemas de sus dedos sobre su sonrisa y una cálida, pero salada, lágrima surca su rostro marcando a fuego lento sus recuerdos…
Cierra los ojos fuertemente para volver al pasado y siente que él regresa a su lado para abrazarla. Todavía evoca en cada ocaso el último adiós. La última vez que le vio partir para no volver. Escribió en el espejo de la entrada su último “te quiero”.
Todo se quedó en un tintero, hoy marchito de silencio… Ahora deja sus sentimientos, sus pensamientos, que deambulen sueltos, sin correa, y la muerden justo ahí, entre el colchón y su corazón, que el destino ha desvalijado sin compasión.
Y le oprime su corazón el recuerdo de aquella primera vez, cuando se conocieron. Aquel pequeño contacto con un involuntario empujón, un “disculpe, lo siento”, una sonrisa y un “perdona, ¿tienes un momento?”, que, aún hoy, le provoca una sonrisa como todas aquellas que surgieron después con un café de por medio…
Se enamoró locamente de él, de sus pecas en las mejillas, de ese hoyuelo que se le formaba al reír, de sus canciones… Como le gustaba que la cantara cada anochecer, bajo una luna teñida de plata, y después terminar la noche amándose bajo las sábanas…
O el olor de su piel cuando se fundía con sus camisas…
Saber que ya no podría desayunar otra vez dejando que los incipientes rayos de sol se colaran por las rendijas de la persiana, la atravesaba el corazón como un afilado témpano de hielo.
No para de preguntarse por qué no dejas de formar parte de su piel, por qué trata de mirar de reojo si volverás, si te encontrará en ese viejo sillón donde la gustaba mirarte, las noches que llegabas tarde del trabajo y te quedabas dormido en él. Ella es así, melancólica, tal vez taciturna desde que decidiste desaparecer por el umbral de la vida, de su vida.
Y ahora, como si se formara una tormenta, las lágrimas caen rápidas como caudales por sus mejillas, como ríos desbocados que no encuentran su mar.
Abre lentamente el mismo cajón de la cómoda que él la regaló cuando decidieron marcharse a vivir a su propio universo, sin nadie que les estorbara. Introduce la mano y choca contra una fría cajita metálica que contiene demasiadas cartas. Cartas que no fueron enviadas. Rasga el sobre de la última de ellas y la lee para sí, a través de las saladas nubes formadas en sus ojos.
“Pero dime, ¿esta guerra contra quién es? Ya ni si quiera sabemos quién es el enemigo…Si las fronteras las marcan ellos o las marca nuestra mente… No quiero pensar en lo absurdo que es, pero tantas vidas, tantas familias rotas por unas ideas que ni si quiera son capaces de sostenerse en pie.
Ya no soy capaz de describir los ojos de esos niños que buscan a su padre, a su madre, a su abuelo, con desesperación y locura, como yo te busco a ti, entre rasgados retazos de ilusiones y proyectos, que alguien desvalijó con bombas.
¿Quiénes son los asesinos? Quizás seamos nosotros por querer cambiar esas ideas o quizás lo sean ellos con sus palabras afiladas, sus francotiradores y hombres-bomba con los que se llevaron mi ilusión de seguir mirando más allá de esta oscuridad con la que amanece teñida cada mañana. Pues es tu ausencia lo que me mata.
Te extraño.”
Al terminar de leerla, con los ojos anegados en llanto, ni si quiera sabe tras que pelotón desapareció, ellos no sabían que acabando con él terminaban con ella, que acertando en su corazón, atravesaban también el de su amada… y también el mío.
Me ha contado tantas cosas de él. Que solo defendió sus ideas y por eso fue culpable. Y ellos lo cobraron con su vida, y para ella con su ausencia.
He oído tantas veces brotar de sus labios las últimas palabras que la regalaste, ni si quiera sabías que yo iba a formar parte de vosotros dos, que yo era un tallo de un futuro cercano. Todo ocurrió así un día de agosto…
“-¿Te vas?-te preguntó con la mirada perdida en sus ojos negros como una noche sin luna. -Sí.-la contestó, incapaz de mirar sus ojos, pues la amaba, pero sabía que no era digno de ella. -¿Volverás?-A pesar de conocer la respuesta, le preguntó sosteniendo su corazón en una mano y en otra la razón, esperando que no fuera cierto ese momento, solo una
pesadilla... Entonces él la dio un beso, mientras ella trataba de agarrarse a ese beso, ese momento que se esfumaba como el humo de un cigarrillo... -Quizás, algún día...-Le dijo como única respuesta a tanto amor...Y cogió el petate en el que se llevaba su vida, su esperanza, su alma, pues estaba muerta en vida..Y cerró la puerta de la ilusión tras él. -Adiós...-susurro ella, mientras, no conseguía ocultar el dolor y sus ojos se empañaban de lagrimas, en las que se iba el calor de su corazón, sin mas suspiros, sin mas palabras.”
Aquel invierno se dispararon demasiadas balas mojadas, bajo la esperanza de tantas madres, esposas, hijas, abuelas, que trataban de recibir noticias clandestinas de sus hombres, esos que marcharon para defender a un país que se estaba destruyendo tras una gran alambrada de espinos.
Mamá fue una de ellas, una de esas mujeres que trataban de tener alguna ilusión en esos días oscurecidos por la pólvora, de inventarse y creerse la ilusión de que antes o después regresarías, sano y salvo, a nuestro lado. A su lado.
Pero esto jamás sucedió. No lo llegaste. Hoy han pasado diecinueve años y mamá sigue con la rutina de destilar sentimientos, recordando lo que creyó vivir, pero jamás vivió.

jueves, 30 de junio de 2011

De vagones y raíles, te hablo

Me apeo en el primer tren de ida pero con ignorancia del regreso, en busca de versos y metáforas que inunden vuestros recuerdos.
 Las tarifas de este vagón sin clase, son nimias, inexistentes, tanto como el viento que sopló sus cabellos, el último atardecer que soñasteis a soñar juntos.
Las ruedas traquetean, produciendo esa singular melodía que tan solo permite paso a la melancolica añoranza de sus brazos, del olor de su pelo...El olor a carbón empaña mis sentidos y me transporta a otro lugar.
Pero en este vagón la velocidad, el tiempo, los sentimientos, todo se vuelve traslucido y…
A través de las ventanas de este viejo tren atisbo vuestras miradas esperando un quizás o un tal vez que no quiso existir.

Mi Nereida


Todos tenemos algún vicio encubierto, unos más importantes y otros menos. Unos tienen vicio al café, al cigarrillo de después del café, otros al juego, aquellos a soñar y a veces incluso luchar por esos sueños.
También los hay que tienen vicio al conocimiento, a conocer lugares nuevos…unos son misántropos, otros egoístas por vicio…
Pero esta vez te hablo de alguien especial, una Nereida, era la misma Afrodita.


Ella tenía vicio a los labios, a los sabores, a los cuerpos, que se mecían en la noche entre sus sábanas de lino. Ella tenía vicio a saber más de su cuerpo a conocer cada recoveco del mismo, vicio al placer del cariño desconocido. Así es o quizás era ella, una extraña pero a la vez conocida para mi piel, hasta que el amanecer traspasara las persianas con los rayos.
Y así fue la última vez que recuerdo poder rememorar sus palabras traspasadas por el placer, una noche como la de hoy o mañana, una noche como cualquiera a excepción de que aquí junto a mi no estará ella.

Permítete soñar y la felicidad...



Camina a ciegas, sin rumbo, con miedo, sin saber lo que deparará el futuro...
Con el corazón abierto, sus sentimientos ya no están atados, andan sueltos sin correa ni bozal, la muerden ahí justo entre su colchón y el corazón que alguien un día desvalijo sin pedir perdón...
Cafés, besos, palabras, momentos, sueños, lugares, caricias, miradas, cartas, canciones, locuras, secretos y confidencias, lágrimas y perdones… tantas cosas que ahora hilvana con el hilo del recuerdo con la aguja del te quiero pero ya no puedo… Remienda las rozaduras con nuevos besos con nuevas sonrisas y fábulas que llenaran cada herida…

demasiados kilómetros.


Aquí estoy bajo la lluvia.
El frío penetra mis huesos como lágrimas de hielo y la soledad viste a la noche…





Y cierro los ojos dejando que la tempestad inunde mi vida y es que hay tanta distancia de aquí al cielo, demasiados kilómetros, tantos como de ti a mi.
Escuchar el sonido del agua chocando contra las hojas, el olor del mundo mojado, sentir como el agua traspasa mi chaqueta, me hace sentir que aún estoy viva...
Pero aquí espero, tu vuelta mi vida…
Y pienso en todas las cosas que no hicimos, esos besos que jamás nos dimos, esas caricias que no te robe…
Y es que no supe ser un ladrón sobre tu piel.

Tan solo eso, cenizas


Siempre nos sentimos vivos hasta que de repente miramos a la muerte a los ojos, es en ese momento en el que nos damos cuenta de todo y de nada, de que somos cenizas...
A veces es alguien a quien queremos, que siempre estuvo junto a nosotros y sin saber bien como se fue sin dejarnos si quiera una despedida.
Otras ocasiones somos nosotros mismos, que estamos muertos en vida, ya no sentimos, no vivimos, perdimos el alma en aquel instante en el que TODO CAMBIO y se volvió lúgubre.
Aunque dicen que nunca mueres si alguien te recuerda…
 



miércoles, 29 de junio de 2011

En el Burdel de las letras ciegas.


Una noche oscura en el burdel de las letras ciegas...
las palabras pierden su sentido, los sentimientos se vuelven etéreos cómo quimeras con sabor a cerveza...
En la habitación 3 el amor duerme abrazado desnudo a la locura, en la habitación 4 la amistad llora de dolor por que no es correspondida y observa a través de su ventana la luna que se cuela, iluminando sus deseos, el miedo esta noche duerme con la soledad en la habitación 15...
A media noche cuando la Luna esta sentada entre las nuves el amor decide ir a buscar a un amante siempre fiel y entra en la habitación 4,bebiendo a besos las lágrimas de la amistad...
a veces se confunde la locura con el amor, ya que según cuentan aquella noche el amor al ir en busca de la amistad, de la cual estaba enamorado, se vistió con los ropajes de la locura...
Por eso se dice que el amor es ciego, tan ciego que se niega a amar diciendo que es amistad....

miércoles, 22 de junio de 2011

cuéntame un cuento...


-Cuentame un cuento- me dice con ojitos implorantes, con la inocencia del que no ha vivido nada...
-¿Y que cuento quieres?-¿Quieres ese cuento en el que todo sale bien? Lo siento pequeña, pero perdi la ilusion, la vida no es como lo cuentan tus cuentos...
Jamas aparecera tu principe azul, quizas seas la Bella maltratada por la Bestia, o ¿crees que aparecera un Vagabundo para compartir los espaguetis en una noche estrellada?...¡No! solo aparecera para apuñalarte y robartelos, junto a tus ilusiones y sueños, para herir tu corazon...
No esperes a un Aladin para hacerte creer que eres una princesa y crear junto a ti un mundo ideal...Pues el mundo es una gran mentira.
Tampoco llores por intentar crecer, por que pequeña cuando seas mayor darias todo por no crecer y poder volar a Nunca Jamas convirtiendote en Wendy...
-Y ahora pequeña,,,sueña, y vuela tu imaginacion pues pronto probaras el dolor que causa el adios.

tan solo, dejame soñarte esta noche

Vivo, pero ni si quiera se si lo hago, me marchito...camino por la espesa noche de mis deseos,tan oscura como tus promesas.

Dime, miénteme, prometeme sueños, dejame soñarte y sentirte aquí aunque no estes ya, nunca más, naufrago en un charquito de restos de lágrimas, se que te irás y ya no volverás, yo te recordare como se recuerdan a los amores fallidos, los momentos no vividos...
Y ahora me dejo llevar en el mar de mis sábanas que me acarician como un dia lo hicieron tus manos...
Tan solo queda un silencio dormido de tus palabras, palabras que nunca me dijiste
Dejame, soñarte, una vez más...

martes, 21 de junio de 2011

Queridos Reyes Magos

Tras la ventana, que se encuentra adornada por los primeros vestigios de la navidad, una ilusa niña, escribe su carta a los Reyes magos...
"Queridos Reyes Magos...
Este año me he portado bien, he hecho todo lo que mama me pedía y por eso aquí os dejo los regalos que deseo...
En primer lugar deseo Amor para todos, pues el mundo lo necesita, también quiero la verdad universal, pues así todos los problemas desaparecerán,también quiero que no existan las lágrimas, ni el miedo...Quiero que los ricos sean pobres y los pobres un poco más ricos...
Espero con anhelo vuestros regalos..."
La niña dejó sobre la mesa su carta, con la ilusión y la inocencia del que aún no entiende...
Que el amor para todos es imposible sin que exista el dolor o el odio que este mismo provoca, pues no siempre se puede ser dictador de tu corazón.
Que tampoco puede existir la verdad universal, ¿estaríamos dispuestos a aceptarla? sería complicado, las llamadas mentiras piadosas, desaparecerían o las infidelidades que romperían corazones...
Que las lágrimas son esenciales, pues son rastros del alma...
Que los ricos son pobres de corazón y los pobres son ricos, más ricos que nadie, pues abren las puertas de su corazón a cualquier peregrino...

Gélido como un témpano de hielo

-¿Te vas?-le pregunta con la mirada perdida en sus ojos negros como una noche sin luna.
-Si.-la contesto incapaz de mirar sus ojos, pues la amaba, pero sabia que no era digno de ella.
-¿Volverás?-A pesar de conocer la respuesta, le pregunto sosteniendo su corazón en una mano y en otro la razón, esperando que no fuera cierto ese momento, solo una pesadilla...
Entonces el la dio un beso en la frente, mientras ella trataba de agarrar ese beso, ese momento que se esfumaba como el humo de un cigarrillo...
-Quizás, algún día...-Le dijo como única respuesta a tanto amor...Y cogio las maletas en las que se llevaba su vida, su esperanza, su alma, pues estaba muerta en vida...Y cerro la puerta de la ilusión tras el.
-Adiós...-susurro ella, mientras, no conseguía ocultar el dolor y sus ojos se empañaban de lagrimas calidas, en las que se iba el calor de su corazón, sin mas suspiros, sin mas palabras.
Los dos sabian que su amor era imposible, pero jamas se acabaria...nada podria romper esa locura de amar, ni si quiera un gelido adios...
Hoy destilaran sentimientos...por que solo recordaran lo que no vivieron...
Esa es la unica certeza que queda tras un adios...la del DOLOR.


el tiempo es etéreo

Quizás mañana sea tarde y el tiempo vuela, se desprende de nuestras manos como el aire...un simple susurro...
Alguien una vez me dio un consejo...
levántate cada mañana, mírate al espejo y piensa si la forma en la que vas a vivir es como querrías vivir tu último día.
Pero no sólo eso si no que también debes decir lo que sientes, pues puede que mañana sea demasiado tarde, y esas personas que quieres nunca sepan que las querías...
Quizás mañana sea demasiado tarde para amar, por eso hazlo hoy y no importa lo que el resto te imponga pues mañana será tarde, para seguir soñando. Crees que, si hoy fuera tu último día...¿no dirías gracias por sentir todo lo que las personas te dieron?, ¿no tratarías de coser las heridas que hiciste?, ¿no tratarías de dar todo a esa persona que amas?
Por eso haz todo lo que debas antes de que sea demasiado tarde.
Hazlo pues jamás podrás regresar para vivir otro segundo más…

Víctor

Cómo cada atardecer se puede observar a aquella niña, ya hecha mujer, pero no por la edad si no por el tiempo que la obligó a madurar, que camina por un callejón oscuro.
Se puede escuchar cómo crujen las hojas muertas, que han dejado desnudos los árboles...

En una mano lleva una foto que ha sentido el paso del tiempo sobre ella en la otra mano lleva todas las ilusiones que perecieron, en sus bolsillos lleva todas las batallas a las que se enfrentó...
Se sienta en aquel banco en el que pasó tantos momentos a su lado cuando aún era níña, cuando el mundo no la había obligado a madurar y mira la foto raída al igual que sus esperanzas de un futuro sin el...
Sus ojos contemplan esa imagen, en la que el un anciano que jamás conjugó el verbo no puedo, ese anciano que vivió más felicidad que nadie, pero menos de la que se merecía, dió más de lo qué podía y pidió menos de lo que quería...
sólo por tratar de hacer feliz a esa niña de sus ojos...su niña.
Una tibia lágrima surca mis ojos, sus ojos, los de esa niña que fue feliz al lado de su abuelo y allí estoy junto a él dónde los sueños NUNCA SE CONSUMEN